Más barato, más rápido, más innovador: en un mundo globalizado, las expectativas de los clientes respecto a las empresas manufactureras de todos los sectores son cada vez mayores, lo cual plantea toda una serie de retos a los propietarios de las fábricas. Tienen que conseguir que su producción sea lo más eficiente posible para poder ofrecer productos de calidad a precios competitivos. Esto tiene como consecuencia una tendencia a la automatización en la producción: máquinas, robots y sistemas flexibles de fabricación están cada vez más conectados a través del Internet industrial de las cosas (IIoT). Además, las personas y las máquinas trabajan actualmente mano a mano. En estas circunstancias la protección eficaz de los trabajadores, los equipos y los datos es cada vez más exigente, del mismo modo que los requerimientos de los legisladores son, por consiguiente, cada vez más amplios y rigurosos. Por si fuera poco, los responsables deben dar respuesta a otras preguntas: ¿cómo puedo conseguir que mi producción sea sostenible?, ¿cómo puedo encontrar trabajadores cualificados? y ¿cómo pueden ser liberados estos trabajadores de su carga de trabajo para que su experiencia pueda aprovecharse allí donde se necesita, por ejemplo en el desarrollo de productos?